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5/02/2021

MÁSCARAS

Conversaba con un amigo acerca de la palabra absoluto. El dice que no existe y le dije lee este mensaje, es absoluto y lo compartiré con ustedes aquí.


Echando una mirada sobre las máscaras en Europa hay una diferencia con relación a como la miramos en Latinoamérica o mejor, en América.
Sería mejor no usar la máscara, porque siempre la tenemos puesta, porque nuestros mismos rostros son desde que despertamos cada día al levantarnos de la cama.
No necesitamos colocarnos una para danzar, o para proteger nuestro rostro en el deporte o en el combate de lucha libre o Taekwondo o como herramienta para el bienestar de la sociedad en que vivimos.
Simplemente debemos aprender, desaprender o reaprender a usar esa máscara cotidianamente y sacarle el máximo provecho durante la corta vida que tenemos.
La máscara como lo dice mi entrañable amigo Adalberto Llinás Delgado médico, político y escritor en su libro titulado precisamente MÁSCARAS arte símbolo y cultura no es sino eso.
Nosotros no necesitamos máscara, simplemente nos metamorfoseamos a cada momento de la vida para poder llevarla lo mejor posible y así minimizar el dolor y los problemas.
Desde que nos levantamos de la cama cuando le decimos buenos días a cualquier persona y no nos contesta ya debemos activar la máscara como si nada pasase.
Después cuando interactúas con uno de tus hijos y algo no te gusta.
Luego sales a la calle y encuentras al vecino, le saludas y no te contesta, lo pasas desapercibido y van tres máscaras que debiste colocarte y todavía no abordas tu vehículo, lo haces y vas conduciendo en una ciudad de un país de primer mundo con todas las leyes tipificadas y como no las cumplas y alguien te provoque y caigas en el juego no te la acabarás y al recibir un dedo por una dudosa maniobra debes ignorarlo y ahí está de nuevo la máscara al sonreír o simplemente sigues tu camino y llegas al parqueo de tu lugar de trabajo y encuentras a una persona que te gana el espacio con una brusquedad mayúscula, vuelves y activas la mejor de tus máscaras, siendo tú mismo rostro y parqueas unos minutos después y de ahí en adelante la máscara estará activándose y desactivándose durante todo el día y existencia a tu conveniencia porque tú no puedes vivir desde que te levantas hasta que te acuestas y desde que naces hasta que mueres sin ella.

Sin la máscara amigos míos aunque al final sea tu mismísima vida la única que se acuerde cada vez que la activaste y la desactivaste por eso este, quien escribe será para ustedes siempre Andrés Nicolás Olivares LeóN en letras de la A a la N, tal cuál como he sido, soy y seré con algunas pocas ocasiones en las que sufrí, sufro y sufriré al metaformosiarme...

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