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5/21/2022

JUSTIFICACIÓN DEL SABER ACERCA DE COMO PREVENIR Y MINIMIZAR EL AVANCE DE LA ENFERMEDAD NEURODEGENERATIVA DE PARKINSON POR PARTE DE FAMILIARES Y AMIGOS PRACTICANDO A MANERA TERAPEUTICA LA DISCIPLINA DEPORTIVA DE TENIS DE MESA

 

A nivel mundial, el Parkinson es catalogado como el segundo trastorno neurodegenerativo más común en la raza humana, caracterizado por ser una enfermedad progresiva e irreversible, lo que implica un deterioro neurológico y una merma considerable en la calidad de vida del paciente, quien experimenta dificultad para la realización de actividades diarias, obligándolo a ser atendido por un cuidador permanente. Es una enfermedad incurable por lo que, se debe buscar una opción para retrasar su evolución, ayudar al paciente parkinsoniano a afrontar y controlar los síntomas al tiempo que le permita sentirse digno.
El tratamiento farmacológico tiene sus limitaciones puesto que, una vez los receptores pre sinápticos y pos sinápticos se resistan al tratamiento dopaminérgico (Levadopa), reaparecen las discinencias (corea) y las bradicinecias (lentificación de los movimientos).
Una manera de ayudar al paciente parkinsoniano es a través de la NEUROMODULACIÓN CEREBRAL PROFUNDA (NCP) que permite superar los estados off, es decir, los estados cuando la Levadopa no es efectiva. Este proyecto se inicia con dos pacientes que estuvieron en la fase V de la enfermedad y que, gracias a la NCP y a la práctica del tenis de mesa, han podido retornar –paulatinamente- a una fase II , ambos con una edad cronológica de 56 años. Para dar mayor aclaración al tema, se exponen brevemente las fases de la enfermedad de Parkinson y su progresión neurodegenerativa, a partir de los Estadios de Hohen y Yhar:


Fase I: el afectado mantiene aún una postura erecta y conserva su expresión facial. Pueden aparecer síntomas en un solo lado del cuerpo, como temblores en una extremidad y dificultades de movilidad fina. Al caminar puede que se arrastre un poco los pies y que el braceo haya disminuido. También puede aparecer rigidez y discinesias.
Fase II. La alteración postural comienza a ser más evidente, comenzando a encorvarse hacia delante. La expresión facial aparece ya afectada. La realización de las actividades de la vida diaria se complica por la aparición de la bradicinesia. Comienza a manifestarse la alteración del equilibrio. Pueden aparecer síntomas depresivos u otros síntomas secundarios a la toma de medicación.
Fase III y IV: los síntomas se agravan; la dificultad para caminar y mantener el equilibrio puede ser importante. Suelen provocar caídas al pararse o girar. Las sensaciones dolorosas y la fatiga se incrementan. Aparecen dificultades en la comunicación. Surgen síntomas en relación con los fármacos, como los fenómenos on-off, discinesias y problemas de insomnio, alucinaciones, cuadros confusionales, etc.
Fase V: Necesita ayuda de una tercera persona para todo tipo de actividad. Pasa mucho tiempo sentado o tumbado en la cama (riesgo de ulceraciones). Las alteraciones del lenguaje se acentúan.


Aun cuando el Párkinson es una enfermedad progresiva, el tratamiento farmacológico junto con las terapias rehabilitadoras, pueden ralentizar el avance y disminuir la intensidad de la sintomatología, consiguiendo mejorar su calidad de vida.
Ante la presencia de este trastorno neurodegenerativo, progresivo e irreversible que, por lo general, tiene su aparición antes de los 40 años, conlleva a la reducción de las expectativas de vida manifestando un riesgo de muerte tres veces mayor que la población normal (ANC, 2016). A medida que la enfermedad avanza de la fase I a la V, aumenta la dosis de medicamento hasta llegar a períodos de inefectividad de los mismos (estados off de la enfermedad) por lo que aparecen las discinencias (complicaciones motoras discapacitante) y el fenómeno de “fin de dosis”. Es en estos momentos cuando los pacientes son candidatos a la NCP (Neuro modulación cerebral profunda), consistente en la estimulación eléctrica mediante la colocación de cables en uno o en ambos lados de los ganglios basales del cerebro afectando tres regiones específicas: núcleo talámico, núcleo sub-talámico (NST) y globo pálido interno (GPi). La estimulación eléctrica es continua posibilitando la disminución de las discinesias (secundarias a levodopa) hasta por cinco años, posibilitando al paciente desarrollar una mejoría en la calidad de los movimientos, previa estimulación de actividades físicas –deportes- que conllevarán a una subsiguiente mejoría en el desarrollo de actividades diarias y mayor bienestar emocional.


En la medida que el paciente desarrolle actividades físicas –deportes-, la NCP obliga al cerebro a generar dopamina en forma natural, lo que permitiría tornar exitoso el tratamiento y prolongar por más años, los efectos de la terapia de NCP. Al generar el organismo su propia dopamina, la reducción del medicamento (Levadopa) es notorio al tiempo que se incentiva la calidad de vida del paciente parkinsoniano.


El propósito de este proyecto de investigación es demostrar cómo el practicar el Tenis de mesa por parte de pacientes parkinsonianos posibilita el incremento de dopamina lo que se debe reflejar en el sostenimiento de una vida independiente y en el control sobre sus emociones. La práctica del Tenis de mesa deberá desarrollarse durante toda la vida del paciente parkinsoniano, obligándolo a realizar movimientos amplios, repetitivos, rítmicos y conjuntados.


Si bien es cierto que la NCP tuvo sus orígenes a los albores del siglo XXI, después de realizar una exhaustiva revisión bibliográfica, no se ha encontrado antecedentes de una investigación con miras a evaluar la evolución de pacientes parkinsonianos con NCP practicantes de deportes repetitivos como lo es el Tenis de mesa, lo que abre las puertas para sentar precedentes de esta nueva opción de terapia de recuperación para la Enfermedad del Parkinson.


Viseaf & Hábitos Saludables

Ilustrador digital: Luis Fernando Soto Sáenz

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